Hermano pequeño del famoso Canal du Midi, el Canal de Garona se inauguró en 1856 tras 17 años de duros trabajos. Esta obra es una verdadera proeza técnica y humana. Las dos partes forman el Canal Des Deux Mers que une el Mediterráneo con el Atlántico.
Hoy en día, el Canal de Garona es mucho más que un "eslabón perdido": es una invitación a descubrir un patrimonio vivo, donde historia y naturaleza se combinan para ofrecer a los visitantes una experiencia única.
Las notables estructuras que salpican el Canal Latéral à la Garonne son testimonio de los prósperos días en que la navegación comercial estaba en su apogeo.
Entre las 143 estructuras que bordean el Canal de Garona, he aquí algunas de las más insólitas que encontrará en nuestro territorio:
Diseñado entre 1842 y 1846 por el ingeniero François Terrié y construido por el contratista montalbanés Pierre Causseran, este puente es una armoniosa mezcla de ladrillo rojo de Toulouse y piedra blanca de Quercy. Pero su función no se limita a su belleza arquitectónica: permite a los barcos del Canal de Garona pasar sobre el río Tarn.
En un momento en que el Canal de Garona estaba cayendo en desuso debido al uso privilegiado del ferrocarril, el Pont-Canal du Cacor acudió al rescate del tren durante las devastadoras inundaciones de marzo de 1930. Cuando el puente ferroviario de la línea Burdeos-Sète quedó destruido, la Compagnie des Chemins de Fer du Midi ideó una solución inesperada. El Pont-canal du Cacor pasó de ser un simple paso de agua a una línea ferroviaria provisional. Se drenó parte del canal y se ensanchó el camino de sirga para dar cabida a los raíles. Así, durante dos años, trenes y barcos convivieron en esta estructura.
El Pont-canal du Cacor no es sólo un paso de agua, es un símbolo de adaptabilidad, una auténtica proeza que sigue fascinando a todos los que se aventuran por allí.
El Pont-canal du Cacor es el tercer puente-canal más largo de Francia, sólo por detrás de los de Briare en el Loiret y Agen en el Lot et Garonne?
Con 356 metros de largo y 12,50 metros de ancho, esta impresionante estructura es fácilmente accesible. Los aficionados al ciclismo pueden tomar la Vélo Voie Verte, que serpentea a lo largo del Canal, o directamente la carretera.
Moissac contaba antaño con cuatro puentes giratorios, pero hoy en día el puente Saint-Jacques es el último que se conserva en todo el Canal Latéral de Garona.
Renovado en los años 50, el Pont Saint Jacques destaca por su construcción en piedra de Quercy y ladrillo de Toulouse.
Pero, ¿por qué optar por puentes giratorios en lugar de puentes tradicionales? La respuesta está en la planificación urbana: un puente convencional requiere elevar el nivel de la carretera para permitir el acceso de los vehículos al tablero, mientras que un puente giratorio puede situarse casi al mismo nivel que la carretera. Sin embargo, este ingenioso diseño tenía un inconveniente: cada paso de barcos suponía una interrupción del tráfico.
Con el aumento del tráfico de automóviles, los puentes giratorios de Moissac se fueron considerando obsoletos, con la excepción del Pont Saint Jacques, que sigue funcionando con orgullo, recordando a todos el ingenio del pasado.
Contrariamente a la creencia popular, el Canal no es perfectamente horizontal. De hecho, su trazado está salpicado de ascensos y descensos que obligan a construir esclusas para compensar estos desniveles. Las 53 esclusas del canal, diseñadas según el ancho de vía Freycinet, tienen 40,50 metros de largo y 6 metros de ancho. Cada esclusa está formada por dos compuertas, llamadas "busquées", que hacen tope entre sí para garantizar una estanqueidad óptima. Esta técnica, desarrollada por ingenieros italianos en el siglo XV, fue perfeccionada por Leonardo da Vinci, que introdujo el sistema de "trampilla" en la parte inferior de las compuertas.
Hoy en día, estas esclusas están totalmente automatizadas y gestionadas por Voies Navigables de France, y siguen desempeñando un papel esencial en la navegación.
En las décadas de 1840 y 1850, Castelsarrasin experimentó un auge económico y demográfico, impulsado por la navegación mercante del Canal de Garona y la llegada del ferrocarril. Ante esta dinámica, se hizo evidente la necesidad de conectar el centro de la ciudad con la estación. En este contexto se construyó la pasarela Eiffel en 1889.
Su construcción fue el fruto de casi diez años de cuidadosa reflexión, durante los cuales el ayuntamiento examinó numerosos proyectos. Al final, el Ayuntamiento optó por una "pasarela", un diseño audaz que combinaba funcionalidad y estética. La Pasarela Eiffel no era un simple paso, sino un verdadero símbolo de la historia y el dinamismo de Castelsarrasin.
No pierda la oportunidad de descubrirla y apreciar su arquitectura durante un paseo por el puerto deportivo Jacques-Yves Cousteau de Castelsarrasin.
Históricamente, estas casas servían de alojamiento a los escluseros y eran puntos de referencia para los navegantes.
Las casas de las esclusas están construidas en ladrillo, siguiendo el mismo modelo, y originalmente tenían establos y graneros contiguos. Cada casa tiene una placa con el nombre de la esclusa y la distancia a la siguiente.
Hoy en día, la mecanización de las esclusas ha llevado al desuso de estos edificios. A pesar de ello, siguen estando protegidos y catalogados, y Voies Navigables de France (VNF), propietaria de las obras del Canal, vela por preservar el carácter antiguo y la integridad arquitectónica de estos edificios.
En la actualidad, algunas de las casas del canal están volviendo a la vida como residencias de artistas, restaurantes, salas de baile, etc., como Les Terrasses du Pont-Canal Cacor, que se desarrollará en torno a la antigua casa del esclusero en 2021. El lugar, completamente restaurado por Alain Miellet (su actual inquilino), es ahora una parada obligada para senderistas y ciclistas. Durante los meses de verano, el establecimiento organiza regularmente actos festivos como conciertos y exposiciones.
El Coudol es un puente colgante que cruza el Canal des Deux Mers y el Garona. Se construyó a mediados del siglo XIX para sustituir al antiguo transbordador que cruzaba el Garona.
La cercana confluencia fue antaño una de las zonas más concurridas del Garona durante la época dorada de la marina mercante. Sin embargo, con el desvío del tráfico hacia la orilla derecha del Garona, gracias sobre todo a la construcción de la nueva carretera de Auch a Moissac, el pueblo de Saint-Nicolas de la Grave perdió parte de su importancia estratégica.
Esta nueva carretera, conectada a la autopista Burdeos-Toulouse por el famoso puente Coudol, es un testimonio de la modernización de las carreteras de nuestra región.
Cada vez que cruce el Puente Coudol, ¡prepárese para asombrarse! Los reflejos de la luz bailan sobre las aguas del río, creando un espectáculo visual único. Los colores cambian con el paso de los días y las estaciones. No se pierda este espectáculo al atardecer.
Amateurs de photos, oyez oyez : le pont coudol offre une vue magnifique sur la Garonne et sur le Canal des 2 mers. En toute saison, vous pourrez y faire de jolis clichés. Restez toutefois prudents, le passage est étroit sur le pont et les voitures qui y circulent sont nombreuses !
Chuchoté par MARINA
En Tarn et Garonne, no se pierda otro gran sitio: el gradiente de agua de Montech, ¡una estructura única en el Canal Des Mers!
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